A vueltas del exceso veraniego, se presenta vacilante el otoño y asoma serio el invierno. Amigo lector, enfilamos el fin del 2012 seguros de haber sido rigurosos en nuestra alimentación. Fiel lector, coincide conmigo en que desde que sigue las recomendaciones de El Abuelito se siente más cómodo y ligero que antes, infinitamente más conforme con su vida, asertivo con su familia, entrañable con sus correligionarios, sensibles a los infelices disminuidos del mundo. Amante lector, sígame, no le pienso defraudar. Con las espadas en lo alto, afrontamos los venideros meses previos a la entrañable Navidad con una robusta y reconfortante estipendio alimenticio. Antes de formular considerable propuesta es mi deber recordar al lector precauciones inapelables para con la estación del año en la que nos sumergimos. Lector, el otoño se caracteriza por ser un período climatológico fronterizo entre el cálido dispendio estival y el gélido estancamiento hibernal. Este carácter se radicaliza en las region